domingo, 26 de julio de 2009

11. Nobody Said Life Was Fair (The Rubinoos)


El desastre empezó con una frase inocente.
-Quiero que cantes en la actuación del colegio.
Levanté la vista hacia Delilah con cansancio.
-Lo que quieres es que Bel me arranque la cabeza - le dije.
Kouran, ella y yo íbamos de camino al ensayo. Cuando empezó el verano los habíamos adelantado a las cuatro para así poder tener la tarde libre y Kouran se pasaba de vez en cuando de camino a su clase de canto.
Adam! - protestó, ladeando la cabeza - Hasta que no te escuche cantar no me voy a quedar contenta.
-Cantar es algo entre la ducha y yo.
Me giré hacia Kouran buscando aprobación, pero ella se limitó a encogerse de hombros.
-Yo estoy de acuerdo con Delilah - sonrió.
Resumiendo, esa conversación fue el motivo por el cual estaba en el pequeño escenario del estudio, con la guitarra en las manos y cantando Walter Reed de Michael Penn, rezando para que Bel no llegara justo en ese momento.
-All I want to do is hide. It's graduation day and everything I learned inside didn't seem to pay...
La puerta se abrió chirriando. Clavé los dedos en el mástil de la guitarra, maldiciendo mentalmente a Murphy y sus leyes de la probabilidad.
Bel me miró de arriba abajo, mientras los últimos acordes de la canción se perdían.
-Menos mal que no cantabas - comentó.
Puse mi mejor cara de póker, bajando del escenario de un salto.
-Ella insistió - repliqué, señalando a Delilah
Delilah asintió con la cabeza, pero él no le hizo caso.
-No te necesitamos aquí - continuó.
-El único motivo por el que estoy en el grupo es porque me lo habéis pedido. - contraataqué.
-Para eso, mejor que te hubieras quedado en España con la puta de tu novia.
No me había enfadado de verdad hasta ese momento, pero en cuanto esa frase salió de sus labios... no sé, algo dentro de mí despertó.
-A ella no la metas en esto - siseé.
Él esbozó una sonrisa arrogante.
-¿O si no qué? - preguntó
No recuerdo exactamente qué pasó a continuación, pero dos segundos más tarde Bel estaba en el suelo, sangrando por la nariz, y Paul me tenía sujeto por los hombros para que no me abalanzara sobre él.
Suspiré, recogí mis cosas y salí por la puerta sin despedirme.

sábado, 18 de julio de 2009

10. Singing (Najwajean)



No seguí con el tema y ellos tampoco preguntaron, así que Helena se convirtió en una especie de mito dentro de la banda.
A pesar de todas las quejas y pegas que puse, entré. Delilah y Paul no pararon hasta que acepté, Denise estaba encantada y Bel se conformaba, que no era poco. Comenzó entonces lo que ahora llamamos el ''período de transformación''. Ensayábamos tres tardes a la semana, y de vez en cuando tocábamos en el local de los padres de Paul. En un par de meses mi nivel de inglés evolucionó tanto que habría dejado a mi antigua profesora pasmada; empecé a ver las películas en inglés en vez de castellano, a escribir habitualmente en ese idoma, a coger el acento de Manchester. Aparqué, sin querer, el contacto que tenía a través de msn, facebook y e-mail con la gente de Santander.
Era como si hubiera dos Adams, en que había dejado a Santander y el que había empezado una vida nueva en Inglaterra. Yo no me daba cuenta de esto, pero sucedía. Mi vida anterior cada vez se alejaba más.
No pude ir a Santander en Navidades porque tenía que preparar un exámen de Física, y en Pascua mis padres nos llevaron a Bélgica, así que el curso se pasó en un suspiro sin que pudiera encontrar de nuevo ese Adam que se había quedado en España.
El verano se iba acercando y con él los exámenes finales y una primera gran oportunidad: el concierto de final de curso del colegio. No parecía mucho, pero el ganador podría actuar en el festival de verano de nuevos talentos en Liverpool.
Las cosas empezaban a ir sobre ruedas, hasta dos días antes de terminar las clases. Todavía (o mejor dicho, aún) no tenemos un nombre para lo que ocurrió. Sentimientos encontrados se acerca bastante a la definición, pero no me termina de gustar.
Tal vez sea mejor que, como me dijo Denise en una ocasión, deje hablar a la música cuando las palabras fallen.
''Beyond the visible world, a man's body has chosen his place to live, his whole life was dead and dead he chose to live. I will sing him a true song, a man like him must need. I'm the dust, he's the sea, singing out four song, singing out for free, singing for stranger. Because you are forsaken like all those little gods because good and bad are crying for desire. So I exchange my body for a song...That's why we all beyond the worls we chose to live. That's what we need singing free, singing free. That's what we need because you are forsaken like all those little gods up high, because good and bad are crying for desired ones. So I exchange my body for a song... a little while''

Más allá del mundo visible, el cuerpo de un hombre eligió su lugar para vivir, su vida entera había muerto y en la muerte él eligió vivir. Le canté una canción de verdad, un hombre como él la necesitaba. Yo soy el polvo y él el mar, cantando nuestra canción, cantando la libertad, cantando por un extraño. Porque tú estás olvidado como todas esos pequeños dioses porque lo bueno y lo malo lloran por un deseo. Entonces intercambié mi cuerpo por una canción,,, Esra es la razón por la que más allá de las palabras elegimos vivir. La razón por la que necesitamos una canción de libertad. La razón por la que tú fuiste olvidado como todos esos pequeños dioses de allá arriba, porque lo bueno y lo malo están llorando por sus deseos. Cmabié mi cuerpo por una canción... hace tiempo...

lunes, 13 de julio de 2009

9. Love me (Eminem, Obie Trice & 50 Cent.)





Ya no había salida. Había metido la pata hasta el fondo, y sin darme cuenta.

-Nadie que conozcáis - resolví, volviendo a concentrarme en mi guitarra.

La mayoría de la gente se habría dado por satisfecha con esa explicación o por lo menos habría entendido que no quería hablar del tema. Pero Murphy ya dijo que si algo malo puede pasar, pasa.

-Eso es lo que dices tú - se quejó Delilah.

-Vive en Santander.

Delilah puso ojos de perrito abandonado, pero negué con la cabeza.

-Vamos, Adaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaam - suplicó - Dame una buena razón para no decírmelo...

-Te doy dos. Punto uno, no hablo de estas cosas. Punto dos, - me volví hacia Denise - no te lo tomes como algo personal, pero conoces demasiado a mi hermana y... lo último que quiero es que se entere de esto...

Ella asintió sin decir nada. No se lo tomó mal, y he de admitir que eso fue un gran tanto a su favor.
-De todos modos, no creo que sea importante que sepáis su nombre. - continué- Es una vieja amiga. Y sólo canté para ella porque era su cumpleaños.
Si creía que con eso iba a conseguir quitarle importancia al asunto, me equivoqué. Delilah y Denise soltaron un "ooooooh" al unísono.
-Y eso que es solo una amiga - comentó Paul.
-Lo es - repliqué.
Y no mentía. En ningún momento habíamos pasado del solo amigos, así que técnicamente era verdad lo que les había contado. A pesar de que no se lo creyeran.

martes, 7 de julio de 2009

8. Let's start a band (Amy McDonald)



En el momento en que pisé las escaleras del conservatorio, me di cuenta de a qué había ido.
Conocía, aunque no muy profundamente, a las dos personas que esperaban junto a Paul y Delilah. La primera era un chico bastante alto, con el pelo largo de color castaño cobrizo, que movía la cabeza al ritmo de una música que sonaba en los auriculares de su iPod. Bel, el novio de Francis.
La segunda era Denise, compañera de clase de mi hermana y una de sus nuevas amigas. Llevaba su larga melena oscura y rizada recogida en una coleta alta y estaba hablando a media voz con Delilah.
Pero lo importante era el conjunto, porque Delilah no era capaz de pasar más de cinco minutos hablando con una persona sin comentarle algo de su grupo: "Without a trace"
-¡Adam! - gritó ella, viniendo hacia mí. - ¿Listo?
Ladeé la cabeza
-¿Para qué? - pregunté.
-Se nos ha marchado un guitarrista a Estados Unidos, así que te necesitamos - explicó.
Se me formó un nudo en el estómago del tamaño de un balón de fútbol.
-Delilah, yo no canto en público - protesté.
-Tonterías.
Antes de que pudiera decir nada más, me agarró por la muñeca y tiró de mí hacia el interior del edificio. Los demás nos siguieron sin poder contener la risa.
Paul llevaba la llave de uno de los estudios del conservatorio, una sala no demasiado grande, con un escenario y varias sillas desperdigadas por la estancia. Paul, como movido con un mando a distancia, se encaminó rápidamente a la silla que había frente a la batería y empezó a marcar un ritmo constante con el pedal del bombo. Y como obedeciendo a esa señal, Bel sacó su bajo de la funda y empezó a afinarlo con aire desganado; mientras Denise se sentaba junto al piano y tocaba un par de notas sueltas.
Delilah se asomó por encima de mi hombro para ver mi guitarra. Soltó un silbido de admiración.
-Me veo reflejada en la pintura - bromeó.
-Soy muy maniático con estas cosas - dije, encogiéndome de hombros.
-¿Cantas o solo tocas? - me preguntó.
Iba a responder, pero Bel me interrumpió.
-Ya tenemos cantante
Por si no lo habéis adivinado, era él.
Paul salió en mi defensa sin levantar la vista de la batería.
-Sólo era una pregunta, Bel.
-No tienes de que preocuparte - añadí yo - Yo solo he cantado delante de una persona y ella es...
Me interrumpí antes de decir su nombre, pero ya era demasiado tarde.
Había conseguido que los ojos de los cuatro se clavaran en mí.
Delilah enarcó una ceja.
-¿Ella es...? - preguntó.

lunes, 6 de julio de 2009

7. Yo nací para estar en un conjunto (Pereza)


A este día hoy lo llamamos el despertar, pero en ese momento era simplemente un martes a última hora.
Delilah llevaba todo el día con esa expresión de estar tramando algo que parecía imborrable en su cara, así que ya estaba empezando a sospechar. Pero para nada me imaginaba lo que me preguntó en cuanto sonó el timbre que marcaba el final de las clases.
-¿Haces algo esta tarde? - me preguntó.
Martes. Eso implicaba que mi hermana tenía entrenamiento, mi padre trabajaba hasta tarde y mi madre se pasaría la tarde en el gimnasio.
-Disfrutar de mi soledad, supongo - bromeé
Su sonrisa se ensanchó.
-Nos vemos a las 5:30 frente al conservatorio de música. - dijo, mientras recogía sus cosas rápidamente - Y traete la guitarra.


Mi guitarra llevaba metida en su funda desde el día en que habíamos llegado a Manchester. No tenía demasiadas ganas de tocar y, además, todos esos recuerdos que quería evitar volvían en el momento en que rasgaba las cuerdas.
Quedaba media hora para las cinco, la hora a la que debería salir de casa para poder llegar a tiempo al conservatorio a pie. Y la tentación fue más grande que el miedo a los recuerdos.
La Fender Stratocaster negra descansaba de nuevo entre mis manos, en el lugar en que siempre había estado.
No hacía ni tres años que me la habían regalado, y en ningún momento me había planteado comprar una nueva. Era mi guitarra, y era incapaz de verme con otra.
Antes de que pudiera darme cuenta de lo que estaba haciendo, acordes sin sentido empezaron a sonar en la casa vacía hasta que se juntaron para formar la melodía de "Highway to hell''.
Sonreí.
Era una sensación a la que no renunciaría por nada del mundo.