lunes, 8 de junio de 2009

1. Too Cool for School (Fountains of Wayne)


Empezar bachillerato o, en caso de Margot, terminar la ESO en un colegio totalmente diferente nunca es fácil. Y si encima está en inconveniente del idioma, más todavía.
Entré en el aula de mi nuevo instituto con la vista fija en el suelo, evitando la mirada de cualquier persona que se fijara en mí. Mirar a los ojos a una persona es como abrirles tu alma, como si pudieran ver como eras en realidad sólo con asomarse a ellos … y no tenía ganas de descubrirme tan pronto a la marea de pijas en la que se había convertido mi nueva clase.
Busqué una silla libre sin mucho ánimo, descolgándome la mochila del hombro, y entonces me fijé en algo apoyado contra la pared del fondo de la clase.
Una guitarra.
Cuando me volví hacia la chica que la sostenía, descubrí que me miraba fijamente, ladeando la cabeza. Aparté la mirada en cuanto mis ojos tropezaron con los de ella, de color oscuro, igual que su pelo cortado a la altura de la mandíbula.
Sonrió.
Se acercó a mí, dando saltitos, dejando bien claro que en esa ocasión no iba a poder pasar desapercibido.
-¡Hola! – exclamó - ¿Eres el nuevo?
Volví a mirarla. Era menuda, casi una cabeza más baja que yo.
Asentí lentamente.
-Soy Adam – me presenté.
-Delilah – respondió ella.
-Bonita guitarra.
Era una Fender Squier Bulet, de color azul oscuro. Ella sonrió, orgullosa.
-Gracias. Veo que entiendes del tema.
Lo cierto era que llevaba caso cinco años tocando la guitarra y, de hecho, en todo ese tiempo sólo había tocado delante de una persona. Supongo que ya os podéis imaginar de quién… Pero no creía que a ella le interesara ese detalle, o al menos por el momento.
-Tengo algo de práctica – dije, encogiéndome de hombros.
Una voz detrás de Delilah terminó con la conversación.
-¿No nos vas a presentar?
No me había fijado en el grupo de personas que estaban junto a ella.
El chico que había hablado era el más alto, con el pelo negro y rizado. Sostenía en las manos un par de baquetas de batería con las que tamborileaba en la mesa en la que estaba sentado.
Junto a él había una chica morena, con gafas de pasta delante de sus ojos castaños. Hablaba a media voz con un chico rubio, que todavía llevaba puestas unas gafas de sol que tenían pinta de ser bastante caras.
Delilah puso los ojos en blanco.
-Ya va… Resumiendo, Adam, estos son Paul, Tiffany y Francis… y viceversa. – nos presentó.
Tiffany y Paul me saludaron con una sonrisa, pero el último chico me miró durante un buen rato antes de hablat.
-Guitarrista – resolvió.
-¿Qué? – pregunté
-Que eres guitarrista. Me apuesto lo que sea.
No respondí. Delilah se me adelantó.
-¿En serio? – exclamó.
Algo me decía que era incapaz de hablar en un tono de voz más bajo.
Me reí.
-Pues…
Antes de que pudiera terminar la frase, me habían pasado la Fender, que sostuve con delicadeza entre mis manos.
No me paré a pensar, los acordes de “Know your enemy” de Green Day resonaron en el aula.

1 comentario:

  1. Hola!!

    También me ha gustado esta segunda parte.
    Me siento un poco identificada con ella, porque el año que viene me pasará un poco lo mismo (exceptuando lo del inglés!).

    Lo único malo es que yo no sé nada de guitarras... ni nada que tenga que ver con un grupo de rock...

    A ver si aprendo a cantar este verano y tengo suerte. xD

    Un beso. Sigue así! (¿De dónde demonios sacas unos títulos que suenen tan bien?)

    Ánimo, Adam, no te rindas, que la cosa pinta bien!!

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